Mons. Cedeño: “No seamos ánforas vacías, sino cántaros llenos del Espíritu del Señor”, en Misa Crismal

Mons. Cedeño: “No seamos ánforas vacías, sino cántaros llenos del Espíritu del Señor”, en Misa Crismal

PANAMÁ. 8 DE OCTUBRE DE 2020.    En el mes de las misiones y del Santo Rosario, Monseñor Edgardo Cedeño realizó la Misa Crismal junto al clero de la Diócesis de Penonomé. Un encuentro especial en estos momentos de pandemia,  donde todos se congregaron al Santo Crisma renovando sus votos y promesas sacerdotales; misión a la que Dios les ha confiado.

En esta Eucaristía el Obispo de Penonomé, bendijo el Oleo de los enfermos que llegará como consolador de todas sus dolencias; también el aceite de los catecúmenos, utilizado para ungir a quienes se preparan para el bautismo y finalmente consagró el Santo Crisma, que se utiliza como sello espiritual en las ordenaciones sacerdotales, confirmaciones, bautizos, consagración de altares e Iglesias.

Monseñor Edgardo Cedeño, en su homilía reafirmó celebrar  esta Eucaristía Crismal, de renovación de nuestra fe, renovación sacramental  y de esta opción libre y voluntaria donde hacemos eco al mensaje del Papa Francisco para esta Jornada Mundial de las  Misiones “aquí estoy Señor para hacer tu voluntad”. Cobra sentido esta Eucaristía en este momento de miedo, de crisis, de enfermedad y de muerte; un lenguaje que no puede callarse, el de la esperanza.

Una esperanza que no es pasiva, que es auténtica, que no es egoísta, ni interesada; una esperanza creativa, gestora de vida, gestora de un gran movimiento  para  compartir la fraternidad como la ultima Encíclica que nos invita el Papa Francisco, a releerla y a vivirla, manifestó.

Dijo además, los Oleos son esa fuerza que nos invita a caminar con esperanza en estos momentos histórico donde parece que la desesperanza y la muerte tienen la última palabra, no la tienen.

El Obispo de Penonomé señaló, Sacerdocio es un don, una gracia de Dios que gracias a la familia con esa sensibilidad humana despierta en el muchacho lo que lo que llamamos vocación; renovamos nuestro compromiso sacerdotal, no una vez más, no se trata de hacer una mera tradición , sino justamente en este momento relevante de la historia asumido con corazón y valentía el ser bálsamo, salud para aquellos hermanos que tienen la desesperanza o aquellos hermanos que está abatidos y golpeados por esta situación que vivimos.

Dijo además, “los Oleos que vamos a consagrar y que ustedes hermanos van a llevar a sus comunidades parroquiales es un signo de salud, de unidad y de convocar nuevamente a esta Iglesia que está ansiosa y habida de escuchar la palabra de Dios, vivirla y ser solidaria”.

El Espíritu del Señor está sobre nosotros cuando nos convertimos en hombres de oración porque es lo que nos fortalece, por eso no somos meros administradores de la gracia, somos portadores de esa gracia, como estas vasijas, estos cantaros, que contienen los aceites.

Monseñor Cedeño les aconsejó, no seamos ánforas vacías  sino llenas del Espíritu del Señor  para ser entonces auténticos evangelizadores y comprometidos con esta consagración que hemos asumido, que fue libre y voluntaria, nadie, nadie, ni el mismo Dios nos foros a que el Obispo nos impusiese las manos.

Aprovechó para destacar, usted está en nombre de la Iglesia, esta en nombre del Espíritu Santo  y está dentro de una comunión eclesial, quien la rompe estaría rompiendo su compromiso bautismal y estaría traicionando  justamente el Credo, la muerte y Resurrección de Jesucristo  y estarías anunciando tu propia identidad y a esto llamaríamos entonces los falsos profetas.

No solamente estamos llamados a estar entre la gente, sino a caminar ente la gente, a sentir lo que siente la gente porque acordémonos que venimos de una familia que sufre lo mismo que el pueblo de Dios, ni más ni menos, señaló.

También los exhortó, a ver en cada feligrés a nuestra propia familia, con ese mismo cariño que le tenemos a la nuestra, ha esa familia parroquial  atiéndela con cariño, escúchala, perdónala, bautízala, úngela con el óleo y el bálsamo de la sanación.

Los invitó a, celebra dignamente el sacramento eucarístico como el mismo Cristo que se entrega con toda la alegría y el corazón a hombres consagrados, y no ser funcionarios del altar, que se desborde en nosotros la gracia de las celebraciones ahí está la autentica evangelización y el caminar con nuestro pueblo en hora y en deshora.

“Hoy más que nunca nuestro pueblo nos esta necesitando, en las calles, en los sectores y en tu parroquia y es por eso que tenemos que entender el llamado del Papa Francisco en este mes de las misione.  No hay ninguna justificación, tenemos toda la libertad y el tiempo para nuestra gente para eso nos hemos consagrado. Hoy los ojos de los feligreses están puestos en sus sacerdotes y muchas veces esos ojos son críticos y negativos” palabras del Obispo de Penonomé en su homilía.

https://www.youtube.com/watch?v=cJGHKIlTXwI