Feligreses de la Diócesis de Penonomé vivieron con mucha fe la Misa Crismal

Feligreses de la Diócesis de Penonomé vivieron con mucha fe la Misa Crismal

PANAMÁ. 1 DE ABRIL DE 2021.     El Obispo de la Diócesis de Penonomé, realizó la Misa Crismal este Jueves Santo junto a  los sacerdotes de la diócesis, religiosas y feligreses, en la Catedral San Juan Bautista. Un encuentro que vivió con mucha fe donde todos los presbíteros se consagraron al Santo Crisma, renovaron sus votos y promesas sacerdotales.

Monseñor Edgardo Cedeño Muñoz, en su homilía expresó, celebramos esta Misa Crismal, que significa la misa de Cristo que unge, que consagra y es ahí la disposición de no perder la visa en el Crucificado, quien dio su vida por ti y por mí; donde tenemos el privilegio de hacer memoria de salvación, de hacer presente a Jesús en cada Eucaristía.

 

Añadió, que el sacerdocio es una responsabilidad no un circo, ni una actuación, es una disposición divina y espiritual porque es hacer presente a Jesús en cada misa nos convierte en hombres sacrificados, dispuestos a seguir sirviendo a la Iglesia, al pueblo de Dios.

 

En esta celebración de Jueves Santo el Obispo de Penonomé, junto al clero presbiteral bendijo el ‘Oleo de los enfermos’ que llegará como sello consolador de todas sus dolencias; también el ‘Aceite de los Catecúmenos’, utilizado para ungir a quienes se preparan para el bautismo y finalmente consagró el ‘Santo Crisma’ que se utiliza como sello espiritual en las ordenaciones sacerdotales, confirmaciones, bautizos, consagración de altares e Iglesias.

La Misa Crismal fue un encuentro  para el obispo y los sacerdotes dela diócesis, donde todos se congregaron al Santo Crisma renovando sus votos y promesas sacerdotales; misión a la que Dios les ha confiado, siendo este día en el que Jesucristo instituyo este ministerio.

Monseñor Edgardo les recalcó, los sacerdotes no caen del cielo, son parte de una familia humana enraizada en la tierra que nos vio nacer, de familias humildes pero llenas de valores y riquezas espirituales en la sensibilidad y a eso se le conoce como  llamado; son hombres de carne y hueso que adquieren conocimiento amplios e integral para un mejor servicio.

 

Un sacerdote cobra fuerza cuando la humanidad y la Iglesia parroquial se une en un solo espíritu y entiende que este hombre, no es caído del cielo.

 

Somos hombres de Dios, no somos funcionarios, estamos llamados para quitar la ceguera  de egoísmo y del pecado en esta sociedad que vivimos para sanar corazones y para liberara a los oprimidos, les recordó.

Durante la celebración exhortó, a esos jóvenes valientes a que le digan ‘si al Señor ‘ y se comprometan a seguir multiplicando esta sensibilidad humana que tanto necesita nuestro país.

El Obispo de Penonomé hizo un llamado a la comunidad, a no estar desde sus bancas mirando el protagonismo del sacerdote, sino a actuar e involucrarse, les dijo, porque es muy fácil mirar los toros desde la barrera y criticar desde allá, implícate y complícate con nosotros como Iglesia; porque la Iglesia eres tu, ha ser mas solidarios desde la oración, desde nuestro bautismo real y concreto.