El Papa: Que el Resucitado sane las heridas de la Humanidad desolada

El Papa: Que el Resucitado sane las heridas de la Humanidad desolada

PANAMÁ. 12 DE ABRIL DE 2020.  “Hoy resuena en todo el mundo el anuncio de la Iglesia: “¡Jesucristo ha resucitado! ¡Verdaderamente ha resucitado!”. Así comenzó el Papa Francisco su alocución; oró por el mundo entero e impartió la bendición Urbi et Orbi a la humanidad y a toda la creación, este Domingo de Resurrección en el Vaticano.

Invitó, a mirar al resucitado, “que no es otro que el crucificado”, para “que sane las heridas de la humanidad desolada”; tiene presente a los enfermos, a los que han fallecido y a las familias que lloran la muerte de sus seres queridos: “Hoy pienso sobre todo en los que han sido afectados directamente por el coronavirus”.

El Papa se presenta cercano a aquellos que están enfrentando un futuro incierto, pues temen perder el trabajo y las consecuencias que este hecho comporta…  “para permitir que todos puedan tener una vida digna y favorecer, cuando las circunstancias lo permitan, la reanudación de las habituales actividades cotidianas”.

Hace un llamado a los fieles para que actúen en favor de los más débiles: “Este no es el tiempo de la indiferencia, porque el mundo entero está sufriendo y tiene que estar unido para afrontar la pandemia.

El Papa recordó a las poblaciones donde se producen crisis humanitarias, tanto en Asia y África, como en la Región de Cabo Delgado, en el norte de Mozambique y pidió que Jesús “reconforte el corazón de tantas personas refugiadas y desplazadas a causa de guerras, sequías y carestías. Que proteja a los numerosos migrantes y refugiados — muchos de ellos son niños —, que viven en condiciones insoportables, especialmente en Libia y en la frontera entre Grecia y Turquía. Que permita alcanzar soluciones prácticas e inmediatas en Venezuela, orientadas a facilitar la ayuda internacional a la población que sufre a causa de la grave coyuntura política, socioeconómica y sanitaria”.

Concluyó, esas palabras pareciera que prevalecen cuando en nosotros triunfa el miedo y la muerte; es decir, cuando no dejamos que sea el Señor Jesús quien triunfe en nuestro corazón y en nuestra vida. Que Él, que ya venció la muerte abriéndonos el camino de la salvación eterna, disipe las tinieblas de nuestra pobre humanidad y nos introduzca en su día glorioso que no conoce ocaso”.

https://www.vaticannews.va/es/papa/news/2020-04/papa-francisco-domingo-resurreccion-sanar-heridas-humanidad.html