PANAMÁ. 11 DE SEPTIEMBRE DE 2020. El Papa Francisco en su discurso realizado en el en el Aula Pablo VI, aprovecho para expresar a los participantes del Congreso Mundial de Ginecología Oncológica, sobre “favorecen el intercambio y el apoyo mutuo”, conscientes de la importancia de crear vínculos de solidaridad entre los enfermos con patologías graves, los parientes y los profesionales de la salud. Algo que se vuelve aún más valioso, dijo además “cuando se enfrenta a enfermedades que pueden poner en peligro o perjudicar seriamente la fertilidad y la maternidad”.
También expresó, “En estas situaciones, que tienen un profundo impacto en la vida de una mujer, es esencial cuidar, con gran sensibilidad y respeto, la condición – psicológica, relacional, espiritual – de cada paciente”.
Hay que encontrar un equilibrio entre los diversos factores sin olvidar al personal que trabaja diariamente en estrecha colaboración con las mujeres enfermas, «para que puedan trabajar en condiciones adecuadas” y «tomarse el tiempo de descanso para recuperar sus fuerzas para seguir adelante», afirmó el Papa Francisco.
Otro de los aspectos que subrayo fue, la condición de la enfermedad nos recuerda aspectos de la vida que a veces olvidamos, como la precariedad de nuestra existencia, la necesidad de los demás, la insensatez de vivir enfocados sólo en nosotros mismos, la realidad de la muerte como parte de la vida misma.