La Conferencia Episcopal Panameña se une a la preocupación y el llamamiento a la paz y la reconciliación que hiciese el obispo de Colón-Kuna Yala, ante los hechos que se han venido dando en la ciudad de Colón, “los cuales nos producen tremenda tristeza y dolor”.

Reconocemos que Colón es un pueblo luchador, y “que no siempre se ha contado con la ayuda necesaria para el desarrollo en justicia y equidad; y esto ha generado un proceso de empobrecimiento que ha sido caldo de cultivo para la violencia, la exclusión y la marginación de amplios sectores de la población”.

Ahora que las partes –el Gobierno y movimiento social de Colón- han aceptado la mediación de la Iglesia Católica para buscar caminos de solución, queremos exhortarlos a que se mantenga el clima de respeto y tolerancia, para que se dé el diálogo, la consulta y los consensos necesarios para dar pasos concretos a fin de establecer una estrategia que atienda los justos reclamos de la población.

Somos conscientes de que la profunda crisis en que está sumida la provincia atlántica, no se va a resolver rápidamente, pero sí se pueden sentar las bases para proyectar las políticas de estado necesarias con una intervención interinstitucional, en alianza con el pueblo para que, efectivamente, se vaya recuperando el tejido social, espiritual, moral, económico y cultural, que ha caracterizado a los colonenses.