Cardenal Lacunza: “El amor hace cosas imposibles”

Cardenal Lacunza: “El amor hace cosas imposibles”

PANAMÁ. 23 DE JULIO DE 2020.  “Celebramos la fiesta de Santa María Magdalena, la pecadora perdonada por Jesús, la primera testigo del resucitado, después de a ver sido acogida por Jesús se dispuso a seguirlo y a servirlo por todo,, fue de las pocas personas que lo siguió hasta el final;  que por su intersección nos de a nosotros esa fuerza, coraje,  para seguir a Jesús de la vida y para anunciar con cariño y con valentía  en todas las circunstancias; expresó Monseñor José Luis Cardenal Lacunza Maestrojuán, O.A.R., al iniciar la Eucaristía este miércoles.

Añadió, “el amor hace cosas imposibles, ojala que nosotros movidos por el amor a Cristo seamos capaces de buscarle constantemente, en todas las circunstancias de la vida, aún en las situaciones que pareciera no es posible encontrarle”.

El Obispo de la Diócesis de David, dijo que María no tenía ninguna esperanza de encontrar a Jesús vivo, fue al sepulcro a recomponer un cadáver, no tenía otra expectativa, pero ese amor fiel, arriesgado y duro hizo que Jesús le regalará el ser la primera testigo de su resurrección y que le anunciara.

Ojala que en la Iglesia supiéramos apreciar y atender más y mejor el coraje y la valentía, la fidelidad del amor  de nuestras mujeres, recalcó el Cardenal que de tantas Marías Magdalenas que hay por nuestras comunidades y por nuestras parroquias que sirven con fidelidad  y con amor a Cristo, a la Iglesia, a los sacerdotes, a los niños como catequistas.

Mujeres que entregan su tiempo, entregan sus capacidades sin otro anhelo que el de servir, sin buscar  un premio ni ninguna recompensa. Ojala seamos capaces de acogerlas  y de valorarlas en todo lo que hacen  porque sin ellas muchas veces no habría anuncio de Jesús Resucitado, exhorta Monseñor Lacunza.

Sin ellas no llegaría ese anuncio a tantos niños, a tantos jóvenes, a tantos hombres y mujeres que aprenden de su boca y de su testimonio que Jesús está vivo, que vale la pena seguirle y  comunicarlo a los demás, fueron las palabras del Cardenal Lacunza Maestrojuán.