“No echar en saco roto la gracia de Dios”

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La devoción a Jesús Nazareno, cada año reúne a más de 150 mil peregrinos de distintos pueblos del país, contó la visita de la imagen peregrina de la Virgen de Fátima, hecho que revistió con un carácter mariano, este primer Domingo de Cuaresma.

 

En la celebración dominical, el Arzobispo de Panamá José Domingo Ulloa Mendieta, felicitó a los peregrinos por su presencia y sobre todo por su resistencia a permanecer firmes; les exhortó a ofrecer esto al Señor, con entusiasmo, resistencia, porque con ello también se contribuye al Reino de Dios.

 

Para monseñor Ulloa “deben resonar en nuestros oídos aquellas palabras de San Pablo, a “no echar en saco roto la gracia de Dios, porque este es el tiempo favorable: déjense reconciliar con Dios”.

 

Los peregrinos, atravesando trechos y montes,  cada uno cargando su cruz con una historia distinta de fe, permanecen en largas filas que le dan la vuelta a la Basílica Menor en  Atalaya para ante la imagen de Jesús Nazareno agradecer o pedir un favor.

 

Una de las características de los peregrinos es su participación en el sacramento de la reconciliación, como un signo de arrepentimiento. En este sentido, la atención de obispos y sacerdotes de manera permanente garantizan ofrecer la confesión a los cientos de fieles, antes, durante y hasta luego de concluir la fiesta.

 

Durante las nueve noches de novena se realizaron más de 100 Eucaristías. El viernes 3 de marzo, la misa dedicada a los enfermos fue presidida por  el Obispo de Santiago, Monseñor Audilio Aguilar Aguilar, quien colocó el Santo Óleo a los fieles enfermos. El sábado 4, presidió eucaristía el obispo del Vicariato Apostólico de Darién, Monseñor Pedro Joaquín Hernández Cantarero,  quien destacó el valor de la limosna, especialmente en el tiempo cuaresmal.

 

En el contexto de la celebración del Jesús Nazareno, los Obispos que conforman la Conferencia Episcopal consagraron al Inmaculado Corazón de María a nuestro país, ahora que se encuentra sumido en una serie de situaciones de pecado, tanto individual como social, que “demandan una urgente conversión”, según advirtió  Mons. Ulloa.

 

También se consagró la Jornada Mundial de la Juventud porque según expresó Mons. Ulloa, “queremos que María proteja este evento de las tentaciones que seguramente tendrán algunos en el contexto de las elecciones para hacerse de simpatías o rechazos”.