La Conferencia Episcopal o Conferencia Nacional de Obispos, dentro de la Iglesia Católica, es una institución de carácter permanente, que consiste en la asamblea de los obispos de una nación o territorio determinado, que ejercen unidos algunas funciones pastorales respecto de los fieles de su territorio, para promover conforme a la norma del derecho el mayor bien que la Iglesia proporciona a los hombres, sobre todo mediante formas y modos de apostolado convenientemente acomodados a las peculiares circunstancias de tiempo y de lugar.
Por el derecho mismo, pertenecen a la Conferencia Episcopal todos los obispos diocesanos del territorio y quienes se les equiparan en el derecho, así como los obispos coadjutores, los obispos auxiliares y los demás obispos titulares que, por encargo de la Santa Sede o de la Conferencia Episcopal, cumplen una función peculiar en el mismo territorio; pueden ser invitados también los ordinarios de otro rito, pero sólo con voto consultivo, a no ser que los estatutos de la Conferencia Episcopal determinen otra cosa.
En nuestro país, la Conferencia Episcopal Panameña (CEP) es el organismo colegiado integrado por los obispos de la Iglesia Católica en Panamá. Fue fundada conforme al Derecho Canónico, con Estatutos aprobados por la Santa Sede, el 30 de junio de 1958.
Los obispos fundadores de la CEP, fueron el Arzobispo Metropolitano de Panamá, monseñor Francisco Beckmann, c.m.f; el Obispo de la Diócesis de David, monseñor Tomás Alberto Clavel; del Obispo del Vicariato Apostólico de Darién, monseñor Jesús M. Serrano, c.m.f., y ante la presencia del Nuncio Apostólico en Panamá, monseñor Luis Punzólo.
Su propósito es promover la unidad y la colaboración entre los obispos del país, así como coordinar acciones pastorales y sociales promoviendo la dignidad y el respeto a la vida de las personas desde su concepción hasta su muerte natural, así como el bien común, en beneficio del pueblo católico y la sociedad en general.
A lo largo de su historia, la CEP ha desempeñado un papel importante en la vida de fe del pueblo y en el ámbito social de Panamá. Ha sido defensora de los derechos humanos, la promoción de la justicia social, la educación, la salud y otros aspectos fundamentales para el desarrollo integral de las personas y comunidades.