Frente a un país marcado por la confrontación y la desconfianza, la Iglesia Católica en Panamá reafirmó su compromiso de ser un puente de encuentro, diálogo y reconciliación. Así lo expresaron los obispos al concluir la Asamblea Plenaria Ordinaria N.º 223 de la Conferencia Episcopal Panameña, el pasado 4 de julio de 2025.

Durante la conferencia de prensa en el que se hizo público el comunicado de los obispos, el cardenal José Luis Lacunza, obispo emérito de David, respondió con firmeza a las críticas sobre una supuesta instrumentalización de la Iglesia. “La Iglesia siempre ha sido criticada, especialmente por quienes buscan manipularla. Nos guste o no, tiene credibilidad. Su palabra cuenta”, afirmó.

El Cardenal Lacunza fue enfático al expresar que la Iglesia no puede permanecer en silencio ante la injusticia. “La mejor forma de no meterse en problemas es callarse, pero un evangelizador no puede hacerlo. Está llamado a defender siempre la dignidad humana, la justicia, la libertad y los derechos, sobre todo de los más pobres”, subrayó.

Recordó que hablar desde el Evangelio tiene un costo. “Todo evangelizador acaba crucificado. Esa es la realidad. Pero quien sigue a Cristo sabe que su misión es parecerse a Él, que dio la vida por la verdad y la dignidad de cada persona”. Y citando al Papa Francisco, añadió: “Se prefiere una Iglesia accidentada por salir a las calles, que una Iglesia cómoda pero indiferente”.

Una Iglesia que no se desentiende del pueblo
Los obispos advirtieron que la crisis que atraviesa Panamá exige una presencia activa de la Iglesia. “No podemos ser indiferentes mientras el tejido social se desgarra por la polarización y la cerrazón. Caminar con y entre el pueblo implica riesgos, pero es nuestra vocación”, expresaron.

Aseguraron que la Iglesia no impone salidas, pero sí propone caminos de esperanza desde el Evangelio. “Creemos que solo el diálogo y el encuentro pueden abrir una salida real. Apostamos por una respuesta comunitaria e inclusiva, donde el centro siga siendo la persona humana, especialmente los más vulnerables”, concluyeron.

 

Panamá, 7 de julio de 2025.