Con tono firme y directo, monseñor Rafael Valdivieso Miranda, obispo de la Diócesis de Chitré, denunció la crítica situación ambiental que enfrenta la región de Azuero, marcada por la escasez de agua potable y la creciente contaminación de los ríos La Villa y Estibaná.

El obispo Valdivieso hizo un llamado urgente a las autoridades y empresas responsables a enfrentar con seriedad las causas de esta crisis que, advirtió, pone en riesgo la salud y la vida de miles de personas en Herrera y Los Santos.

“Cuando contaminamos el agua, estamos atentando contra la vida humana. Estamos asesinando personas, provocando enfermedades que generan dolor a pacientes, familias y cuidadores”, denunció monseñor Valdivieso.

La responsabilidad no es nueva

Monseñor Valdivieso recordó que este problema no es reciente. “Desde hace más de una década, se ha venido alertando sobre el impacto de sustancias como la ‘trasina’ en los ríos de la región. Los estudios científicos han sido claros: hay altos niveles de agroquímicos y fertilizantes contaminantes”, subrayó.

El obispo también cuestionó el modelo de producción actual, que —dijo— ha priorizado prácticas agrícolas y pecuarias inadecuadas, aprendidas y repetidas sin conciencia de sus efectos a largo plazo. Apeló a la responsabilidad de productores, empresarios y autoridades locales para adoptar prácticas sostenibles que protejan el recurso hídrico y la vida de las comunidades.

Un futuro amenazado
En su declaración, monseñor Valdivieso advirtió que el uso indiscriminado de agroquímicos está deteriorando el suelo y comprometiendo la viabilidad futura de actividades económicas clave como la ganadería, la agricultura y la avicultura. “Muchas tierras dejarán de ser productivas si seguimos ignorando los daños que estamos causando a nuestra Casa Común”, alertó.

La falta de acceso al agua potable ya golpea a cientos de familias, lo cual el obispo Valdivieso calificó como “lamentable y doloroso”, recordando que la salud debe ser una prioridad en toda política pública. “La mayor inversión debe estar en la prevención. Pero aquí, seguimos improvisando mientras los ríos mueren y la gente enferma”, concluyó.

Una llamada urgente a la conciencia
Desde su rol pastoral, el obispo de Chitré reafirmó su compromiso con las comunidades más afectadas y dejó claro que el silencio no es una opción. “No basta con diagnosticar. Es momento de actuar. La vida de todo un pueblo está en juego”, afirmó.

La declaración de monseñor Valdivieso, se hizo en la conferencia de prensa al cierre de la Asamblea Plenaria Ordinaria N.º 223 de la Conferencia Episcopal Panameña, el 4 de abril de 2025.

Panamá, 7 de julio de 2025.