Llamados a la sensatez y al amor por Panamá

Monseñor José Domingo Ulloa, Presidente de la CEP y Monseñor Luis Enrique Saldaña, secretario de la CEP
Como Iglesia que camina con su pueblo, no podemos ser indiferentes ante el dolor y la incertidumbre que hoy atraviesa nuestra nación.
Por eso, en medio de tensiones, desconfianza y desencuentros, hacemos un llamado urgente a la cordura, la sensatez y al verdadero amor por Panamá. Como pastores, reafirmamos que la Iglesia no es juez, sino puente; no es trinchera, sino mesa de encuentro; no es voz de poder, sino eco del Evangelio y de los más pobres.Invitamos a todos los sectores —gobierno, sociedad civil, gremios, juventudes, pueblos originarios, empresarios, comunidades de fe— a construir juntos espacios de encuentros que permitan reencontrar el rumbo de la nación.
No es tiempo de imposiciones ni de indolencias. Es tiempo de diálogo con altura, de decisiones valientes, de renuncias generosas, de reformas que toquen lo estructural. Panamá necesita coherencia, justicia y dignidad. Necesita manos tendidas, no puños cerrados. Necesita hombres y mujeres de buena voluntad que amen a su país más que a sus propios intereses.
Acompañamos a nuestro pueblo con la fe puesta en Cristo, que no vino a ser servido sino a servir. Como Iglesia, caminamos con ustedes, escuchamos con ustedes, sufrimos y soñamos con ustedes. Esa es nuestra vocación.
Como pastores, asumimos las palabras del Papa León XIV dirigidas a los fieles orientales, a quienes dijo: “Quien más que ustedes pueden cantar palabras de esperanza en el abismo de la violencia”; “los pueblos quieren la paz, y yo, con el corazón en la mano, digo a los responsable de los pueblos ¡encontrémonos, dialoguemos, negociemos”; “porque pasará a la historia quien siembra la paz y no quien cosechará víctimas, porque los otros no son ante todo enemigos, sino seres humanos, personas con las que hablar”.
Invitamos a nuestras comunidades a intensificar la oración por Panamá, a ser signos vivos del Reino de Dios en medio de la crisis.
Que Santa María la Antigua, madre del pueblo panameño, nos cubra con su manto, nos inspire sabiduría y nos guíe por los caminos de la verdad, la justicia y la reconciliación.
Panamá, 14 de mayo de 2025