Durante el XVI Encuentro de Pastoral Afroamericana y Caribeña (EPA16), Eunice Meneses Araúz, secretaria ejecutiva de comunicación de la Conferencia Episcopal Panameña y coordinadora nacional de la Pastoral Afropanameña, compartió con ADN Celam una reflexión sobre el camino recorrido por la Red de Lideresas Afrodescendientes Católicas de las Américas (Red Lacam) y los nuevos horizontes de una Iglesia intercultural y sinodal.

“Ha sido una lucha de resistencia y perseverancia”

Meneses afirmó que el proceso de la pastoral afrodescendiente en América Latina ha sido, como todos los movimientos de los pueblos afro, “una lucha de resistencia y perseverancia”. Tras más de dos décadas de camino, destacó que “hoy vemos los frutos después de 21 años”.

Para la comunicadora panameña, la presencia episcopal en el encuentro fue significativa. “Siento que la Lacam ha sido abrazada por los obispos participantes en este EPA, pastores comprometidos y espontáneos”, expresó.

También valoró el papel de las mujeres dentro del proceso: “Las mujeres que están participando en esta asamblea han sentido que ese clamor de muchos años se ha ido concretizando, y ya tenemos proyectos para el 2026”.

“Las mujeres sostienen la Iglesia”

Uno de los ejes del encuentro fue la memoria e identidad de los pueblos afrodescendientes, y Meneses resaltó el papel de las mujeres en ese proceso. “Las mujeres, en términos generales, son las que sostienen la Iglesia. Lo dijo el Papa Francisco: no se puede hacer Iglesia sin las mujeres, con sus especificidades: indígenas, afrodescendientes y mestizas. Siempre hemos estado ahí”, recordó.

Explicó que la diferencia ahora está en la articulación y visibilización del trabajo que históricamente han realizado: “Esa memoria histórica, esa fe cultivada por generaciones, ahora va a estar articulada como procesos que fortalecerán la incidencia. Estamos trabajando en red para visibilizar los esfuerzos y también las limitaciones que enfrentamos para desarrollar más nuestro liderazgo”.

Tejiendo alianzas con otras redes eclesiales

Sobre las alianzas intereclesiales, Meneses resaltó que la Lacam ya trabaja en conjunto con otras instancias del Celam: “Estamos trabajando con la Comisión de Animación de Ejes Mujeres, que nos ha apoyado desde el momento cero, y también con el área de Comunicación del Celam, que ha sido un ente importantísimo para visibilizar los esfuerzos de la red”.

Añadió que la dimensión comunicacional ha sido clave: “Contar con plataformas digitales permite posicionar esta información a nivel mundial”.

También mencionó la participación de mujeres afrodescendientes en espacios regionales: “En Centroamérica participó Panamá y Costa Rica, respondiendo a la necesidad de incluir mujeres negras e indígenas. Estamos dando pasos, no son los últimos, pero seguimos avanzando”.

“Queremos una Iglesia en salida y articulada”

De cara al futuro, Meneses señaló que la Lacam quiere fortalecer la articulación con el Secretariado de Pastoral Afroamericana y Caribeña (SEPAC): “Somos madres e hijas de este proceso. Queremos tener un espacio dentro del SEPAC que nos permita incidir a través de las conferencias episcopales y las iglesias particulares”.

Asimismo, puso de relieve la visibilidad pública: “Queremos estar visibles en la sociedad, porque si hablamos de una Iglesia en salida, tenemos que ser Iglesia en salida”.

Anunció que el 25 de noviembreDía Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, la red tendrá un pronunciamiento y una participación presencial: “Queremos abrir espacio para que la voz de la Iglesia, a través de las mujeres afrodescendientes, sea escuchada en los lugares donde se toman decisiones”.

Llamadas a transformar corazones y estructuras

Al concluir la entrevista, Eunice Meneses expresó un mensaje de esperanza y compromiso: “Estamos en un tiempo de gracia, un tiempo en que la Iglesia nos llama a caminar juntos. Aspiramos a espacios donde podamos hablar de nuestros temas y articular mejor los procesos, sin separarnos del camino de toda la Iglesia”.

Trabajamos para que la población afrodescendiente sea visible en las estructuras eclesiales y en la sociedad. Y esto no lo podemos hacer solas, sino a través de redes eclesiales y sociales”, añadió.

Al finalizar, evocó el llamado del Papa Francisco: “La Iglesia que soñó el Papa Francisco, la Iglesia latinoamericana, es una Iglesia viva. Las mujeres estamos comprometidas a hacerla vida, transformando corazones y estructuras, dignificando la vida de los más excluidos, entre ellos los pueblos afrodescendientes, y con ellos todos los marginados”.