El Arzobispo Metropolitano de Panamá, Mons. José Domingo Ulloa Mendieta, presidió la Eucaristía en el Santuario de Jesús Nazareno de Portobelo, donde destacó que “llegamos ante el Cristo Negro de rodillas, pero salimos de pie con la dignidad de los hijos e hijas de Dios”, este sábado 18 de octubre de 2025.

En este sexto día de la Novena, en su homilía, Mons. Ulloa recordó que el Cristo Negro no es solo una imagen venerada, sino un símbolo vivo del Evangelio encarnado en el sufrimiento y la resistencia de un pueblo que nunca perdió la fe. “Con el Cristo Negro reafirmamos nuestra dignidad y reconocemos el aporte de los hijos e hijas del pueblo negro en la historia de Panamá y de Colón”, expresó con firmeza.

El Arzobispo Ulloa subrayó que la piel oscura de Cristo es un signo profundo de la cercanía de Dios con los afrodescendientes, herederos de una historia marcada por la esclavitud y la discriminación, pero también por la fe, la resistencia y la esperanza. “El Cristo Negro nos recuerda que la cruz no es maldición, sino esperanza; que somos llamados a romper todas las cadenas que nos impiden vivir como hijos libres de Dios”, afirmó.

Un ambiente de fe y alegría
La celebración estuvo acompañada por el coro de la Pastoral Afrocolonense de Portobelo, que con cantos, tambores y animación llenó el templo de un ambiente festivo y esperanzador. La alegría compartida entre generaciones —abuelas rezando el rosario, niños tocando tambores y jóvenes animando los cantos— fue signo de una Iglesia viva que, en torno al Cristo Negro, encuentra fuerza para seguir caminando en esperanza.

Tres compromisos que nacen de la fe en el Cristo Negro
Mons. Ulloa exhortó a todos los fieles a no dejar que la devoción se quede en una emoción pasajera, sino que se traduzca en compromisos concretos como reconocer la dignidad de cada persona. Ningún color, idioma o condición social nos hace más ni menos. En Cristo, todos somos hermanos. Agradecer el legado de los afrodescendientes. Su fe, arte, resistencia y trabajo han dado vida y riqueza cultural a Panamá. Y comprometerse con el renacer de Colón y del país. Construir juntos educación, justicia, paz y reconciliación para que la cruz de hoy se transforme en signo de resurrección y esperanza.

Por su parte el Padre Ángel Pinilla, párroco de la Parroquia San Felipe Neri, agradeció la presencia del arzobispo de Panamá, como sucesor de los apóstoles y presidente de la Conferencia Episcopal, que manifiesta la comunión eclesial. Durante la celebración estuvieron además el Padre Eurípides Preciado, vicario parroquial y el Diácono Fredy Abdiel Mora.

Panamá, 18 de octubre de 2025.