PANAMÁ. 14 DE MAYO DE 2020. Los Obispos de la Conferencia Episcopal Panameña C.E.P., a través del rezo del Santo Rosario realizaron su peregrinación virtual se unieron a la festividad de la Santísima Virgen María, con el Santuario de Nuestra Señora de Fátima en Portugal, en la que hicieron memoria al aniversario de la primera aparición a los tres pastorcitos, el 13 de mayo de 1917 en las colinas de Coba di Iría en Portugal.
Monseñor Rafael Valdivieso Miranda, Obispo de la Diócesis de Chitré y presidente de la C.E.P., señaló que los Obispos panameños nos unimos a través de la meditación del rezo del Santo Rosario, a todas las familias para que la buena madre interceda por nosotros en este tiempo de incertidumbre por la pandemia del coronavirus, que nos obliga a comprender de un modo la vida y la fe.
Pedimos tu intercesión para que puedas iluminar a nuestros hermanos en América Latina especialmente aquellos que experimentan violencia, e inestabilidad los afectados por el COVID-19, dijo.
Acudimos confiados a nuestra Señora del Cielo para que nos para que nos consuele, nos proteja y nos fortalezca, indico monseñor Rafael Valdivieso.
El Arzobispo de Panamá, monseñor José Domingo Ulloa Mendieta, expresó que ante la dramática situación actual llena de sufrimientos y angustias que oprimen al mundo entero, acudimos a ti Madre de Dios y madre nuestra, buscamos bajo tu refugio la protección.
Protege a los médicos y enfermeras, al personal sanitario, a los voluntarios que en este periodo de emergencia combaten en primera línea, arriesgan sus vidas, concédeles fuerza, fortaleza, bondad y salud, pidió.
En esta pandemia del coronavirus sostiene y consuela a los familiares de los enfermos y que lloran por la perdida de sus seres queridos, algunos sepultados de algún modo que hiere el alma, suplica de monseñor Ulloa.
Sostiene e infunde la confianza en quienes viven en el temor de un futuro incierto de las consecuencias económicas y del trabajo, dijo el Obispo metropolitano.
Añadió, asiste a los líderes de las naciones para que actúen con sabiduría, diligencia y generosidad socorriendo a los que careen de lo necesario para vivir.
Imploramos para que esta dura prueba termine y que volvamos a encontrar un horizonte de esperanza y de paz, fueron las suplicas de el Arzobispo de Panamá a nuestra Madre Santísima.