PANAMÁ. 15 DE MAYO DE 2020. “Como Jesucristo, obligados a huir. Acoger, proteger, promover e integrar a los desplazados internos”, es el tema del Mensaje del Papa Francisco para la 106 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que se celebrará el 27 de septiembre próximo.
Un mensaje que aborda el drama de los desplazados internos. Sobre este tema, la Sección Migrantes y Refugiados del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral ha publicado las “Orientaciones Pastorales sobre Desplazados Internos”, un documento, dice el Papa Francisco, que desea inspirar y animar las acciones pastorales de la Iglesia en este ámbito concreto.
afirma el Pontífice, que la crisis mundial causada por la pandemia del COVID-19 ha agravado y ha empañado muchas otras emergencias humanitarias que afligen a millones de personas, relegando iniciativas y ayudas internacionales, esenciales y urgentes para salvar vidas, a un segundo plano en las agendas políticas nacionales.
Cada cristiano está llamado a reconocer en sus hambriento, sediento, desnudo, enfermo, forastero y encarcelado, “que nos interpela, el rostros el rostro de Cristo y seremos nosotros quienes le agradecemos el haberlo conocido, amado y servido, dice el Papa Francisco.
Es un “reto pastoral al que estamos llamados” a responder con los cuatro verbos que señaló el Santo Padre en su mensaje para esta misma Jornada en 2018: acoger, proteger, promover e integrar. A los que en su mensaje de hoy agrega “otras seis parejas de verbos, que se corresponden a acciones muy concretas, vinculadas entre sí en una relación de causa-efecto” como:
Es necesario conocer para comprender, hay que hacerse prójimo para servir, para reconciliarse se requiere escuchar, para crecer hay que compartir, involucrarse para promover y es indispensable colaborar para construir.
En su mensaje dedicado a la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, el Papa Francisco deja una oración, «sugerida por el ejemplo de san José, de manera especial cuando se vio obligado a huir a Egipto para salvar al Niño».
Oración
Padre, Tú encomendaste a san José lo más valioso que tenías: el Niño Jesús y su madre, para protegerlos de los peligros y de las amenazas de los malvados.
Concédenos, también a nosotros, experimentar su protección y su ayuda. Él, que padeció el sufrimiento de quien huye a causa del odio de los poderosos, haz que pueda consolar y proteger a todos los hermanos y hermanas que, empujados por las guerras, la pobreza y las necesidades, abandonan su hogar y su tierra, para ponerse en camino, como refugiados, hacia lugares más seguros.
Ayúdalos, por su intercesión, a tener la fuerza para seguir adelante, el consuelo en la tristeza, el valor en la prueba.
Da a quienes los acogen un poco de la ternura de este padre justo y sabio, que amó a Jesús como un verdadero hijo y sostuvo a María a lo largo del camino.
Él, que se ganaba el pan con el trabajo de sus manos, pueda proveer de lo necesario a quienes la vida les ha quitado todo, y darles la dignidad de un trabajo y la serenidad de un hogar.
Te lo pedimos por Jesucristo, tu Hijo, que san José salvó al huir a Egipto, y por intercesión de la Virgen María, a quien amó como esposo fiel según tu voluntad. Amén.