PANAMÁ. 1 DE JULIO DE 2020. Los Obispos de la Conferencia Episcopal ecuatoriana se pronunciaron sobre los diferentes casos de corrupción denunciados durante los últimos días y que dejan a un grupo de personas detenidas por su vinculación con actos fraudulentos. Las autoridades investigan desde la asignación de contratos millonarios hasta el sobreprecio en la compra de insumos y equipos empleados durante la crisis causada por la propagación del COVID-19.
Los Obispos expresaron su cercanía con el pueblo en este momento de dificultad; especialmente con las familias afectadas por la pandemia del COVID-19, porque las consecuencias de la corrupción suceden en detrimento de la población; especialmente de los más pobres y del prestigio de las instituciones del Estado que con estas situaciones pierden credibilidad.
Piden a los creyentes y a la gente que no se conformen viviendo sometidos a la corrupción. Cada uno debe aportar lo mejor de sí mismo siempre buscando la justicia y la paz; trabajando cada día a favor del bien.
“Éticamente, la corrupción es un crimen que condena a muerte a muchas personas necesitadas, hoy más que nunca, de vida, trabajo y oportunidades; pues promueve el “descarte” de los más vulnerables y la falta de sensibilidad por los necesitados, además de fomentar la injusticia, la impunidad y el irrespeto a la ley“. Se lee en el documento.
“Todos tendremos que dar cuentas de la propia vida al Padre de Nuestro Señor Jesucristo. Los corruptos y quienes los han amparado tendrán también que dar cuenta de su corrupción ante Dios y, ojalá, ante los hombres; por tal motivo, exigimos que se hagan las más exhaustivas investigaciones, se llegue hasta el fondo, “caiga quien caiga”, y se devuelva el dinero defraudado y robado a la sociedad”. Concluyeron.