Francisco conmemora el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja: Dios bendiga a los que trabajan en estas instituciones que hacen tanto bien. En la misa realizada en la Capilla de Santa Marta, pide rezar por todos los trabajadores y voluntarios del movimiento, héroes que ayudan a los más desfavorecidos en más de 190 países desde hace 156 años.
El 8 de mayo se celebra el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja en conmemoración del nacimiento de su fundador, el suizo Henry Dunant. Humanista y filántropo, fundó en 1863 este movimiento humanitario mundial.
“Hoy es el Día Mundial de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja. Rezamos por las personas que trabajan en estas dignas instituciones: que el Señor bendiga su trabajo que hace tanto bien.”
El Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja es la red humanitaria más grande del mundo. Alrededor de 97 millones de voluntarios, colaboradores y personal que se encuentran repartidos en 190 países ayudan a las personas más necesitadas y vulnerables del mundo, aquellas que viven en países con pocos recursos sanitarios y económicos, las que han sufrido de primera mano alguna catástrofe climática o como consecuencia de guerras, refugiados y desplazados.
En su homilía el Papa Francisco, destacó que el Señor siempre consuela en la cercanía, en la verdad y en la esperanza. Comentando en Evangelio de Jn 14;1-6, «No pierdan la paz. Si creen en Dios, crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas habitaciones..”
Pero, ¿cómo consuela al Señor? Es importante saberlo, porque también nosotros, cuando tengamos que pasar por momentos de tristeza en nuestras vidas, subraya el Santo Padre, debemos aprender a percibir cuál es el verdadero consuelo del Señor»…
Su Santidad el Papa Francisco, afirma que no es fácil dejarse consolar por el Señor. Muchas veces, en los malos momentos, nos enfadamos con el Señor y no dejamos que Él venga y nos hable así, con esta dulzura, con esta cercanía, con esta mansedumbre, con esta verdad y con esta esperanza.
El consuelo del Señor es verdadero, no engaña. No es anestesia, no. Sino que es cercano, es veraz y nos abre las puertas de la esperanza, concluye el Sucesor de Pedro.